Jordi Esteve, mi compañero de escalada habitual, me explicó una anécdota que tuvo lugar hace ya unos años en Vilanova de Meià en una ruta de varios largos. Subiendo de primero se agarró a un bloque, y este se soltó, provocando la caída del escalador. Dicho bloque aterrizó encima de su compañero, dejándole inconsciente, y cómo éste último aseguraba con una cesta, soltó las manos de la cuerda y esta empezó a deslizarse sin freno alguno. Jordi no se detuvo hasta que un rizo se atascó en la cesta, pero se hizo un esguince en el tobillo durante la caída. Ninguno de los dos estaba en condiciones de realizar ningún tipo de autorrescate. Por suerte había un grupo de gente caminando por la zona, oyeron gritos y avisaron a los Bomberos, que en Cataluña se ocupan de realizar rescates de montaña. En unas horas les sacaron de allí.
Si el que está asegurando tiene un accidente y no puede detener la caída, nadie lo hará. Y si por culpa de esto el que va de primero tiene un segundo accidente, el problema ya va a ser muy grande, especialmente si la cordada se encuentra en una zona alejada de la civilización.
Asegurar con cesta no es 100% seguro, e incluso los sistemas de freno asistido tipo Gri-gri o Mega Jul, se pueden desbloquear en circunstancias desfavorables (fíjate que los fabricantes nunca hablan de freno automático, sino asistido). Por este motivo, cuando llegamos a la reunión, es importante recoger la cuerda en bucles, haciendo nudos como respaldo de seguridad, cada cuatro o cinco metros, y anclarlos con un mosquetón en un punto de la instalación. A parte, de esta forma, tendremos la cuerda ordenada y evitaremos líos y enganches de todo tipo.
Iba a hacer unas ilustraciones para mostrar las diferentes técnicas de nudos de respaldo, pero Andy Kirpatrick ya tiene unas en su blog y están muy bien, así que, para qué duplicar contenidos:
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